martes, 15 de mayo de 2018

La importancia de los abuelos en nuestras vidas

Los abuelos aportan unas vivencias únicas, especialmente en la infancia.
Como dice Margaret Mead −antropóloga estadounidense del siglo XX−, "Todo el mundo debe tener acceso a los abuelos y nietos con el fin de ser un humano completo".
Cuando se peinan canas o ya no hay casi nada que peinar... y casi al mismo tiempo se empiezan también a sumar arrugas, probablemente es el momento de poder decir que uno no ha hecho otra cosa que acumular experiencias y sabiduría y también ha visto a la vida dar algunas vueltas y ya es hora de poner en valor todo lo aprendido.

¿Cómo?

Pues una de las formas más comunes es esperando a ver cómo tus hijos empiezan a tener hijos. “Esto es a hacerte abuelo”. Son los padres los que hacemos abuelos a nuestros padres, cuando tenemos un hijo. Hoy en día no es fácil ser padres pero tampoco es nada fácil ser abuelos.
Que tus nietos te llamen abuelo no tiene más mérito que haberle dado a tu hijo la vida y esperar a que él te dé a ti la posibilidad de más tarde darte una nueva vida en forma de nieto. Esto es posible gracias a una cadena de transmisión de la experiencia vital de tener un nieto, al que poder entonces proyectar toda la sabiduría y experiencia acumulada desde tu experiencia paternal/maternal en primera persona.
La naturaleza es muy sabia y para ser abuelos hay que prepararse como cuando empezamos a tener hijos, como también tuvimos un tiempo para preparar su llegada. Tener nietos no es lo mismo que tener hijos, aunque siendo algo tan evidente, a veces cuesta verlo, porque ya no tienes que estar en la primera fila del anfiteatro para ser el mejor abuelo.
El cariño contenido durante años anteriores o la sobre-protección como forma de cariño, hacen que algunos abuelos no acierten a veces en cuál es su verdadero papel cuando ya les llegó la vez de tener nietos.
Los abuelos no debieran ser los protagonistas principales del nuevo acontecimiento familiar, a lo mejor ni tan siquiera los personajes secundarios; la sabiduría de la vida y las experiencias acumuladas tienen que ayudar a los padres a saber ver que su papel está solo en formar parte de la afectividad y la unidad del gran paisaje familiar a veces solo con su presencia.
Para conseguirlo los abuelos deben ser exquisitamente cuidadosos en no caer en los posibles excesos de confianza en el hogar familiar de los padres y respetar el necesario derecho a la intimidad tanto de los nuevos padres entre sí como con sus hijos en la familia nuclear.
Ser abuela o abuelo, forma parte de un relato dentro de la narración de la vida de familiar de tus hijos por eso no puedes ejercer ningún cargo o derecho como abuelos sino desarrollar sentimientos de orgullo por formar parte de ese libro de la familia de tus hijos. Ser y pertenecer a la familia ya es suficiente motivo de agradecimiento y autoridad moral con tus hijos, con tu familia y con toda la sociedad.

Antes la teoría era:

“Los abuelos están para maleducar a sus nietos, aun a costa de desautorizar a los padres del nieto”. Hoy en día el abuelo que se comporta así y no respeta a su hijo como padre de su nieto no es un buen abuelo...
Las cosas han cambiado y la educación integral familiar de los niños es un factor de estabilidad muy importante y los abuelos pueden ser también fuente integradora dentro de la familia y por este motivo hay cosas que deben seguir haciéndolas como hicieron con sus hijos sin dejar de ser los abuelos:
−Si la justicia como padres no ha sido dar a todos los hijos por igual, sino a cada uno lo que necesita; con los nietos debemos seguir haciéndolo igual.
−Si los padres con nuestros hijos aprendimos a quererlos sin saber matemáticas y solo sabíamos contar hasta uno haciendo de cada hijo “un hijo único”, los abuelos tampoco tenemos por qué saber matemáticas, tenemos que querer contar también nada más que hasta uno: Uno debe ser y estar con cada nieto como si fuera un hijo nieto, como lo fueron antes con cada uno de sus hijos.
Hoy los padres y abuelos no pueden ser un motor de dos tiempos dentro del mismo barco de la familia, ya que la rapidez de los cambios les supone tanto a padres y abuelos un duro reto a conseguir navegar al mismo ritmo.
Los abuelos hoy cumplen años con más salud que hace medio siglo, pero como sus padres no llegaron a esa edad, ellos ni tuvieron abuelos ni tampoco antes nadie les enseñó a "ser abuelos activos" y ahora son unos abuelos en prácticas con 65 años sin escuela.
Alguien dijo que sabrás si has educado bien a tus hijos, cuando te sientas orgulloso de lo bien educados que están tus nietos. Si esto te ocurre, déjate llevar solo por el cariño de y a tus nietos, ya que tus nietos "están en buenas manos" −las de tus hijos− a los que tú ya educaste bien en su momento.
Deja para los padres la educación y la disciplina de tus nietos y los abuelos que se dediquen a disfrutar de sus nietos, porque disfrutándolos y contemplándolos mientras les cuentan cuentos o recuerdos de la familia y "batallitas de sus padres" les refuerzas su origen familiar, su autoestima y sobre todo les enseñan que es posible vivir en “una sociedad sin prisas” en algún momento bonito de la vida.
Los abuelos son fuente de apoyo y de gestión en muchas acciones del día a día pero sobre todo son fuente de apoyo emocional para enseñarles a los nietos a vivir y a disfrutar de la vida desde otra perspectiva de la puramente consumista, materialista e utilitarista.
Pero por otro lado hay un lado oscuro de las relaciones familiares extensas entre abuelos, nietos y padres. Me refiero a los problemas que surgen después de las rupturas matrimoniales.
A pesar de ellas y salvo casos muy excepcionales los padres no deberían cegar las fuentes de comunicación entre los nietos y sus abuelos.
Hoy en día las distancias, las rupturas matrimoniales y el gran desfase generacional, impiden tanto a los abuelos como a los nietos poder disfrutar en armonía del intercambio de experiencias pasadas entre abuelos y nietos por las experiencias frustradas de los padres.

Ventajas de las relaciones personales entre abuelos y nietos:

−Gracias a los nietos, los abuelos, actualizan y activan sus neuronas y su ritmo cardíaco.
−Gracias a los abuelos, los nietos, minimizan con sus experiencias las "prisas por vivir".
−Gracias a los abuelos, los nietos aprenden a saber lo que son las enfermedades y las limitaciones.
−Gracias a los nietos, los abuelos aprenden a vivir otra vez como si fueran niños sin más preocupaciones que las que quepan hoy en su mano.
También es de "buen abuelo" y todos lo esperan que sea así que "los abuelos no tengan prisa" ya que su experiencia les dice que las prisas no son buenas compañeras de la vida.
Casi todos llegaremos a ser abuelos, pero del cómo llegaremos a serlo, dependerá la vida que hayamos ido sembrando desde que nacimos y de cómo quisimos nosotros también a los padres de nuestros padres.
Naces, creces, te multiplicas, y luego a lo mejor, te hacen abuelo y entonces tienes la suerte de vivir para contarlo... y así de generación en generación se continúa la saga de cada familia.
Y cuando los abuelos de vuestros hijos no vivan, hay que seguir hablando de ellos a vuestros hijos. Conservar con cariño su memoria histórica es bueno para toda la familia.
Los abuelos en vez usar su experiencia para poder mandar más en sus hijos y sus nietos, deben aprovecharla para quererles siempre más y mejor y como nadie puede ser abuelo sin haber sido padre antes, se juega con ventaja siendo un mejor abuelo.
Tal y como quieres a tus hijos, fomenta que también tus nietos siempre quieran a sus padres. Si tus hijos no te quieren, fomenta siempre que tus nietos, siempre quieran a sus padres. Y así de generación en generación salvaremos la unidad en las familias.
Gracias abuelos porque vuestra experiencia puede ser el gran tesoro en el corazón de las familias.
Sara Pérez-Tomé es psicóloga y socióloga en el gabinete Sophya. Mediadora familiar, es madre de 9 hijos y abuela de diez nietos.
Fuente: larazon.es. / almudi.org 
Juan Ramón Domínguez Palacios / http://enlacumbre2028.blogspot.com.es

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